Un caco juega al despiste cuando es sorprendido in fraganti al entrar en una vivienda de Jumilla. Tras ser visto en el interior del inmueble por el hijo del dueño, el ladrón le preguntó que si el sitio donde estaba era un bar. El chico desconcertado le contestó que no, y al salir al exterior encontró a otra persona que acompañaba al usurpador. El establecimiento fue cerrado hace 25 años y no hay ninguna señal en la fachada de la casa.

El ladrón fue condenado a once meses por el juzgado de lo penal y su acompañante absuelto. La Audiencia Provincial ha confirmado esta sentencia ya que declara probados los hechos, porque al acusado le fueron intervenidos un destornillador y una llave fija con los que forzó la entrada de la vivienda.

Durante el intento de robo, que se produjo en septiembre de 2008, el ladrón se desplazó en coche cuando carecía de carnet. La Sala por tanto condena al acusado a 11 meses de prisión por un delito de robo en grado de tentativa y además deberá indemnizar al dueño de la casa con 150 euros por los daños causados. Igualmente, deberá pagar ocho meses de multa con una cuota diaria de seis euros por conducir sin permiso.