Les llamó nazis y ahora los jóvenes se rebelan contra él. El pasado jueves los miembros del campamento de Murcia decidieron, por unanimidad, denunciar por injurias y calumnias al director general de Promoción Cultural, Francisco Giménez. La denuncia viene motivada por una entrada del blog de Giménez, en el que se refería a los jóvenes del 15-M como «nazis de manual». Al día siguiente, Giménez sustituyó la entrada por una disculpa.
En todo momento Giménez ha dejado clara su posición con respecto al 15-M y sus acciones. Claro ejemplo es su opinión con respecto a la entrada de varios indignados en La 7 Región de Murcia. Desde su facebook calificó a los jóvenes como “los intocables”. Sus manifestaciones no han sentado del todo bien a este movimiento que ha acudido a la Justicia. A continuación reproducimos el artículo publicado por Giménez con respecto a los que participan en el 15-M.
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Esa calidez que templa la asamblea; ese dormir juntos, alertas, bajo los luceros; esa aversión a los partidos políticos; ese olor a establo, tan dulce, tan tentador; esa insatisfacción que les produce la democracia; esa santa indignación; esa pulsión por lo joven, por la renovación; ese romanticismo que lo tiñe todo de una estética de colores y versos; esa voluntad de repartirlo todo; esas quejas que brotan espontáneas contra Israel, contra los USA; ese ir contra la banca libre, contra el comercio, contra el intercambio; esa ausencia de símbolos constitucionales; ese estatalismo en lo político, en lo económico, en lo educativo; esos profesores universitarios que se les unen buscando su favor; ese amor por la tierra (montañas nevadas, banderas -republicanas- al viento…); esa nostalgia de absoluto; ese ir contra el “sistema” (¿qué sistema?); ese aire de familia que muestran todos; esas guitarras, esos cánticos; esa aversión por las cámaras, por los micrófonos, por la prensa libre, en general; ese derretimiento intelectual ante cualquier eslogan que exhiba alguna cursilería pseudoliteraria (“Una educación de calidez y no de calidad” es la gurriminada más mona que les he escuchado estos días); ese sentirse la calle, el pueblo; esa insoslayable vocación de autenticidad; esa premura de los socialistas por reconocerlos como hijos suyos; ese pacto incondicional que les ofrecen los comunistas (para repartirse las polonias futuras, supongo); esa mezcla de lo nacional y lo socialista (“Spanish Revoltion”) …: los nenicos (de todas las edades) del 15 M
Estos nenicos no saben lo que es la democracia, de dónde surge, cuáles son sus riesgos, sus fragilidades; estos jóvenes no se han leído la política de Aristóteles, ni por asomo; ni saben cómo surgió la constitución americana; estos muchachos están muy preparados, dicen, pero no saben por qué los ingleses decapitaron a Carlos I, ni cómo fue que la asamblea ateniense (democracia auténtica, pata negra) condenó a muerte a Sócrates, ni han leído a Locke, ni a Montesquieu; ni qué decir tiene que ninguno de ellos ha oído hablar jamás de la prosperidad de las naciones, ni de su relación directa con la libertad de los mercados; tampoco se han enterado de que el cincuenta por ciento de paro juvenil es una exclusiva de la España gobernada por los socialistas, que ni mucho menos se da en los USA, ni en Alemania, ni en Inglaterra, ni en Francia, ni en Austria, ni en Israel, ni en Noruega, ni en Finlandia, ni en Suecia…, ni tan siquiera en la Italia de Berlusconi (¡oh, ah, Berlusconi, el mujeriego!); a esa panda ni se le ocurre plantearse que bajo la férula de Zapatero «el sistema» ha generado a cinco millones de parados, mientras que bajo la férula de Aznar (el amigo de Bush) ese mismo «sistema» creó cinco millones de puestos de trabajo; por no saber, no saben ni lo que era la República de Weimar, ni tienen la menor noticia del profundo carácter socialista de Hitler, ni de cómo embelesó a Heidegger, ni de cómo se repartió Polonia con los comunistas…
Coño, vamos a decirlo de una vez, que estos nenes son nazis; pero nazis de manual; falta que algún espabilado levante el culo del suelo, les pegue dos voces, y se nos ponen a desfilar, prietas las filas, recias, marciales. Y nadie tiene el cuajo de avisarlos; porque son nazis de cojones, pero no tienen ni idea de que lo son. No tienen ni puta idea de nada, en realidad.
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Estos son los políticos que nos gobiernan. Después de dejar arrasada la provincia con el ladrillazo, se ofenden por una manifestación pacífica de gentes a las que han robado el futuro. Como dice Galeano, el mundo se divide en indignos e indignados.
Sin duda la cuestión es más sencilla de lo que muchos pretenden, no le busquen los tres pies al gato…. «Estamos descontentos y lo expresamos». Y después de muchos días haciendonos oír aún no nos han escuchado. No hay peor sordo que el que no quiere oir… o no le interesa.
Espero que los políticos dejen de aferrarse al poder y no enarbolen más su bandera hipócrita del bien común.