“Nadie ha querido saber nada de mí, debo haber sido un nefasto político”
Entrevista al ex – concejal de urbanismo en Murcia, Ginés Navarro García.
30 kilos menos que en su etapa política y su cara refleja el trabajo desempeñado durante varios años. Ginés Navarro García ocupa a día de hoy una cátedra en el departamento de Química Agrícola en la Universidad de Murcia. Junto a su despacho, el del alcalde de Murcia, Miguel Ángel Cámara Botía, quien también fuera profesor. Cámara no se deja ya ver por allí, Ginés compartió con él varios años como amigo, docente y concejal de urbanismo. Hoy es mucha la distancia que les separa, más que la pared que existe entre los despachos de ambos.
Ginés se muestra sonriente y receptivo a las preguntas que le formulamos porque, según él, no tiene nada que ocultar y considera que actuó de forma correcta en su vida política, carrera de fondo de la que Ginés ya está totalmente desvinculado. Sin embargo, hace un mes fue llamado a declarar como testigo por el juez David Castillejos, que instruye el ‘Caso Umbra’ de presunta corrupción urbanística en Murcia. Navarro aprobó uno de los seis convenios que se investigan, el de Nueva Condomina, aunque poco tuvo que ver en su proceso.
El presidente del Real Murcia, Jesús Samper Vidal, llegó en 1999 a Murcia para presentar su proyecto de campo de golf y estadio de fútbol. Para llevar eso a cabo debía reunirse con el edil de urbanismo. “La construcción de un estadio implica licencias, informes de impacto medioambiental, localización de terrenos…, pues tendrá que pasar por urbanismo como todo hijo de vecino, solo pasó una vez y diez minutos”. Ese encuentro le bastó a Samper para entender que Navarro no era el intermediario adecuado para sus propósitos. En un segundo intento acudió el cuñado de Samper, Juan Manuel Trujillo. “Se presentó como constructor en Isla Cristina (Huelva), con el arquitecto del campo de fútbol y cuatro técnicos más. Presentaron su proyecto, pero les dije igualmente que antes de todo eso había que hacer un plan parcial, un proyecto de urbanización…, y aprobarlo. Al momento cogieron su campo de futbol y se fueron”. Pedro Morillas, como técnico de urbanismo en el consistorio “fue quien puso las pegas a ese proyecto”.
Morillas está imputado en el ‘Caso Umbra’, junto a Ana María Vidal, jefa de los servicios jurídicos del Ayuntamiento de Murcia. Ellos ayudaron a hacer unos informes que iban rubricados por el máximo responsable, por aquel entonces, de los servicios jurídicos, José Luis Valenzuela, ya fallecido. “Como miembros del equipo confirmaban los informes. Están imputados porque el secretario general no está vivo y entonces han llamado a declarar a los otros firmantes. Los informes van rubricados por un miembro de la gerencia de urbanismo, otro del ayuntamiento y el secretario general”. Navarro se refiere al informe sobre la legalidad del convenio Nueva Condomina. Durante su declaración ante el juez, Castillejos le preguntó si creía que era legal. “Si hubiera pensado que era ilegal no lo habría votado. Todos los informes que van a pleno llevan adjunto otro informe avalado por los servicios jurídicos municipales. No veo lógico que estén imputados en este proceso”. Morillas ha pedido el levantamiento de su imputación pero “Castillejos argumenta que el caso se encuentra en un estado muy inicial de declaraciones y que faltaba mi declaración, yo ya he declarado. Ni Ana María Vidal ni Pedro Morillas participaban en los plenos que era donde se tomaban las últimas decisiones. El secretario general estaba a la derecha del alcalde en la mesa presidencial, yo y el interventor. Uno audita cuentas y otro la legalidad. Si hubiéramos sabido que era ilegal estaríamos imputados los 28 concejales que votamos a favor”.
La mayor defensa del convenio Nueva Condomina vino de manos del entonces concejal socialista, José Salvador Fuentes Zorita, “hasta el punto de que Cámara me dijo: ya no hace falta ni defenderlo, como la oposición está eufórica con el convenio vamos a votarlo. Se rumorea que internamente en el partido le creó problemas a Zorita, la única que se abstuvo fue Concha Hernández de IU”. En principio el objetivo del convenio Nueva Condomina era estabilizar al Real Murcia como Sociedad Anónima Deportiva, “pero no lo firma el club, sino Sport Management and Proyect SL, cuyo propietario es Samper, también dueño de Santa Monica Sports entre otras sociedades, todas con el mismo presidente y domicilio social. Hasta la última sociedad está relacionada con el Real Murcia”. Actualmente el equipo, “está en concurso de acreedores y las sociedades de Samper han cobrado los trabajos hechos para el club”.
Además, en opinión de Navarro, “es patético que el primer edil murciano acudiese a la celebración del centenario del Real Murcia y el paripé que hacen algunos consejeros murcianos, cuando hay un supervisor judicial en un club que sigue generando perdidas”.
Los convenios urbanísticos vinieron después de que se aprobara el Plan General de Ordenación Urbana, del que Ginés Navarro se siente orgulloso. “Cuando se concibió en 2001 estaba bien planteado, luego se desvirtuó en función de las modificaciones y convenios que se puedan hacer”. El quid de la cuestión fue durante la aprobación inicial de ese Plan en octubre del 98. Los terrenos entonces eran industriales y en el 2000 pasaron a ser residenciales. Entre una y otra etapa es cuando Samper firma con el alcalde Cámara un protocolo de intenciones. “Nadie sabía que se iba a hacer el cambio de industrial a residencial porque no estaba en exposición pública. Lo sabían solo representantes de la concejalía y técnicos. Samper no tenía por qué saberlo”. Todo el suelo, de la zona de Nueva Condomina era industrial y Samper ideó transformarlo en residencial de muy baja densidad. El negocio redondo vino con que en el Plan General de Ordenación Urbana se valoraba la diferencia entre 0.09 metros cuadrados, construir por cada 100 metros nueve viviendas, opción A, y los 3,4 metros cuadrados de una opción B. Casi cuatro veces más en ese incremento de edificabilidad. “De poder construir 10 a poder construir 40 viviendas hay un gran margen de beneficio, aunque haya más costes de construcción”. En el convenio Nueva Condomina no hubo valoración de suelo, la plusvalía era un campo de fútbol, valorado en 4.500 millones de ptas. En 2001, la comunidad aprueba definitivamente el cambio de suelo, porque poco antes se introduce la opción B. “Que cada uno lo califique como quiera, el protocolo no se hizo público, no se aprobó en pleno sino en la alcaldía”.
El fin de la amistad entre Cámara y Navarro vendría unos años después. “En muchas ocasiones le dije que con todo este desarrollo urbanístico hay cosas que no me gustan, tenemos que juntarnos a hablar. No conseguí nunca comer con él sin teléfonos ni interferencias de gente alrededor. Nunca se quiso sentar conmigo”. Se conocen desde los años 70 y Ginés desconoce aún los motivos por los que el alcalde no le habla. “Fue él quien me retiró el saludo y no me lo ha devuelto. Por la calle nos hemos cruzado infinidad de veces y no me saluda”. Desde el último pleno de Navarro, en junio de 2003, no han intercambiado palabras. “El día antes de la toma de posesión de los nuevos concejales hay un pleno para liquidar todo lo anterior. Allí le di la enhorabuena, me dio la espalda, no me dijo ni buenos días, se levantó y se fue”. Según información pública, lo único que les une es que actualmente Ginés forma parte del Consejo de Administración de Urbamusa, empresa de capital público presidida por Cámara. La lista de mandatarios no se ha actualizado y Navarro ha mostrado su sorpresa al enterarse de que figura como consejero. “El primer edil se apresuró en mi cese como concejal y miembro del consejo de la gerencia de urbanismo para no estar allí presente, sin embargo esto es una sorpresa desagradable porque no quiero tener ya ninguna relación y públicamente le pido que me cese de Urbamusa”.
Navarro está retirado de la política, “nadie ha querido saber nada de mí, debo haber sido un nefasto político y gestor. Aunque tenía previsto estar ocho años”. De la actual corporación municipal de Murcia tiene relación con el teniente alcalde de Murcia, Francisco Porto, que es su vecino. Ginés está aún afiliado al Partido Popular aunque “desde el año 99 no lo he pisado, la ideología está por encima de las personas y una España gobernada por el PP me gusta más que por el PSOE”.
Han pasado 17 meses desde que estallara el aún latente ‘Caso Umbra’, que puso patas arriba el urbanismo murciano. Desconocemos si quedará en nada o por el contrario, aún se divisa el umbral de algo que aún desconocemos.
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